I love your tono como de Hal 9000, dear
But...Tengo algunas objeciones...
Empezando por:
Cuando alzo la pregunta-utópica (posibilidad abstracta) de romper la dinámica tradicional no estoy hablando de infusiones sino de la proclividad (muy humana) a la inercia, a la comodidad, a lo trazado, etc. etc... Soy el primero que defiende los procesos en arte (qué te voy a decir). Precisamente a lo que conmino en este grupo es a un esfuerzo por enfocar la prioridad de todas las partes del proceso (y no solo el de "gestación de obra" o el de "exposición"). He aquí la causa de esa pregunta (absurda, cierto) lanzada al vuelo.
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Nada de acuerdo en lo que respecta a lo categórico: cierto es que Kant es Kant: su pensamiento se encuentra en el centro de una ideología del progreso (aufklarüng) totalmente añeja. La importancia de Kant es evidente, aunque se nos escapa por falta de conocimiento específico. En todo caso, no le estoy negando a Kant su silloncito en la historia, estoy cuestionando la certeza de lo categórico en una actualidad desbordante. Lo categórico (si nos ponemos sesudos) responde a un mundo que se piensa exacto, con límites fácilmente distinguibles, donde las cosas son blanco, negro, rojo, verde, etc.. , donde el yo se distingue del otro, donde las posiciones hegemónicas se establecen desde una idea de centralidad-márgenes-extrarradios... , etc. Desde luego ese es el mundo, como diría Martí Perán, que presumía de la razón como eje del progreso y acabó tufándose del hedor de los cuerpos hacinados en las cámaras de gas de los campos de concentración. ¿Es posible la poesía (el arte) después de Auschwitz?, dijo Adorno.
La referencia a lo categórico era, además, como modelo de análisis de lo real (no artístico, sino "lo real" en toda su extensión). Personalmente, creo más en un modelo parcial de análisis, fragmentado, que no aspira a la totalidad, sino a "su" propia totalidad. (esto sería para discutirlo largamente)
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Lo del traje invisible del emperador... admito que es algo confuso: da a entender que estamos "por encima de"... No me siento por encima de nada ni nadie. A veces hay cosas que no entiendo y sobre todo no entiendo que la gente no entienda. Ya he contado muchas veces mi peculiar desencuentro discursivo en Bilbao con tres personas ligadas al arte. Existen diversas realidades artísticas. También en Barcelona. Incluso aquí especialmente, donde a pesar del "capitalismo" el arte no deja de ser como los calçots, de temporada. Ahora hay Santa Mónica y ahora no. Ahora me gustas tú. Ahora no me gustas tú. Seguramente porque estamos ante un "capitalismo provinciano". La Valencia en la que una señora consellera de cultura dijera este año que lo de que el IVAM no compraba obra era porque "lo primero es el pan y lo segundo el chorizo" no nos pilla tan lejos.
En este sentido, quizás, me equivoqué con el uso del término "mainstream". Finiquitado el Santa Mónica, todo apunta a Sant Andreu y a ciertos centros cívicos como la forma de ir mostrando trabajos, además del "concepto cinturón" (pobles del'entorn). No estoy muy de acuerdo con los criterios artísticos que se siguen en estos eventos, nada más y nada menos que eso. Creo que se está priorizando la figura del dossier por encima de otras cuestiones. Y que, desde luego, no se está cuidando la cuestión discursiva. No hay debate. No hay espacios de debate. No hay espacios críticos (y menos aún autocríticos). Hay A y B, donde A es el MACBA y B , unos señores que se posicionan frente al MACBA y lo señalan como discurso hegemónico (situándose ellos en el discurso alternativo). AH!, y muchos muchos artistas, la mayoría perdidísimos, casi todos autosignados ya como una parte más de un engranaje seudoindustrial, que como ya dije en otro lado, tienen muy claro lo del discurso, pero poco más.
Por tanto, si lo planteamos desde lo que institucionalmente se ofrece en esta ciudad, lo del mainstream queda claro: o entras por una puerta muy muy muy definida (y no me refiero a criterios burocráticos, sino de otro tipo) o... no sé. He ahí el meollo en esta ciudad, que desde fuera parece muy grande y bien sabes tú que luego no lo es.
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Lo de la expo del macba?. Simplemente decir que se afirman cosas como que documento es lo mismo que documental o que la fotografía no se puede escapar del realismo (confundiendo un estilo con la noción de representación). No discuto la idea de museo, sino una expo en concreto sobre la figura del documento donde ni siquiera se planteaba que un documento, a inicios del siglo XXI, no necesariamente debe tratarse de una foto de obreros trabajando en una fábrica.
Critico una expo historiográfica sobre el documento que tiene la ingeniosa idea de ignorar la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto (una crítica seria del documento no puede pasar por alto eso... ¿Le suena Histoire(s) du cinema, sr. Ribalta?)
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Continuo con la idea lúdica: no nos tomemos en serio.
Pablo Marte
But...Tengo algunas objeciones...
Empezando por:
Cuando alzo la pregunta-utópica (posibilidad abstracta) de romper la dinámica tradicional no estoy hablando de infusiones sino de la proclividad (muy humana) a la inercia, a la comodidad, a lo trazado, etc. etc... Soy el primero que defiende los procesos en arte (qué te voy a decir). Precisamente a lo que conmino en este grupo es a un esfuerzo por enfocar la prioridad de todas las partes del proceso (y no solo el de "gestación de obra" o el de "exposición"). He aquí la causa de esa pregunta (absurda, cierto) lanzada al vuelo.
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Nada de acuerdo en lo que respecta a lo categórico: cierto es que Kant es Kant: su pensamiento se encuentra en el centro de una ideología del progreso (aufklarüng) totalmente añeja. La importancia de Kant es evidente, aunque se nos escapa por falta de conocimiento específico. En todo caso, no le estoy negando a Kant su silloncito en la historia, estoy cuestionando la certeza de lo categórico en una actualidad desbordante. Lo categórico (si nos ponemos sesudos) responde a un mundo que se piensa exacto, con límites fácilmente distinguibles, donde las cosas son blanco, negro, rojo, verde, etc.. , donde el yo se distingue del otro, donde las posiciones hegemónicas se establecen desde una idea de centralidad-márgenes-extrarradios... , etc. Desde luego ese es el mundo, como diría Martí Perán, que presumía de la razón como eje del progreso y acabó tufándose del hedor de los cuerpos hacinados en las cámaras de gas de los campos de concentración. ¿Es posible la poesía (el arte) después de Auschwitz?, dijo Adorno.
La referencia a lo categórico era, además, como modelo de análisis de lo real (no artístico, sino "lo real" en toda su extensión). Personalmente, creo más en un modelo parcial de análisis, fragmentado, que no aspira a la totalidad, sino a "su" propia totalidad. (esto sería para discutirlo largamente)
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Lo del traje invisible del emperador... admito que es algo confuso: da a entender que estamos "por encima de"... No me siento por encima de nada ni nadie. A veces hay cosas que no entiendo y sobre todo no entiendo que la gente no entienda. Ya he contado muchas veces mi peculiar desencuentro discursivo en Bilbao con tres personas ligadas al arte. Existen diversas realidades artísticas. También en Barcelona. Incluso aquí especialmente, donde a pesar del "capitalismo" el arte no deja de ser como los calçots, de temporada. Ahora hay Santa Mónica y ahora no. Ahora me gustas tú. Ahora no me gustas tú. Seguramente porque estamos ante un "capitalismo provinciano". La Valencia en la que una señora consellera de cultura dijera este año que lo de que el IVAM no compraba obra era porque "lo primero es el pan y lo segundo el chorizo" no nos pilla tan lejos.
En este sentido, quizás, me equivoqué con el uso del término "mainstream". Finiquitado el Santa Mónica, todo apunta a Sant Andreu y a ciertos centros cívicos como la forma de ir mostrando trabajos, además del "concepto cinturón" (pobles del'entorn). No estoy muy de acuerdo con los criterios artísticos que se siguen en estos eventos, nada más y nada menos que eso. Creo que se está priorizando la figura del dossier por encima de otras cuestiones. Y que, desde luego, no se está cuidando la cuestión discursiva. No hay debate. No hay espacios de debate. No hay espacios críticos (y menos aún autocríticos). Hay A y B, donde A es el MACBA y B , unos señores que se posicionan frente al MACBA y lo señalan como discurso hegemónico (situándose ellos en el discurso alternativo). AH!, y muchos muchos artistas, la mayoría perdidísimos, casi todos autosignados ya como una parte más de un engranaje seudoindustrial, que como ya dije en otro lado, tienen muy claro lo del discurso, pero poco más.
Por tanto, si lo planteamos desde lo que institucionalmente se ofrece en esta ciudad, lo del mainstream queda claro: o entras por una puerta muy muy muy definida (y no me refiero a criterios burocráticos, sino de otro tipo) o... no sé. He ahí el meollo en esta ciudad, que desde fuera parece muy grande y bien sabes tú que luego no lo es.
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Lo de la expo del macba?. Simplemente decir que se afirman cosas como que documento es lo mismo que documental o que la fotografía no se puede escapar del realismo (confundiendo un estilo con la noción de representación). No discuto la idea de museo, sino una expo en concreto sobre la figura del documento donde ni siquiera se planteaba que un documento, a inicios del siglo XXI, no necesariamente debe tratarse de una foto de obreros trabajando en una fábrica.
Critico una expo historiográfica sobre el documento que tiene la ingeniosa idea de ignorar la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto (una crítica seria del documento no puede pasar por alto eso... ¿Le suena Histoire(s) du cinema, sr. Ribalta?)
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Continuo con la idea lúdica: no nos tomemos en serio.
Pablo Marte
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